Nada más rico que las betarragas asadas en vez de hervidas, quedan caramelizadas. Lo mejor eso sí, para aprovechar todos sus beneficios, es comerlas crudas; personalmente me gustan rayadas (tengo una receta de ensalada de betarragas crudas que subiré más adelante).
Las betarragas vienen de Europa del Sur. Entre sus propiedades tenemos que son ricas en hierro y ácido fólico (especial para embarazadas y anémicos). Por la presencia de potasio limpian la sangre y eliminan toxinas, ayudando al correcto funcionamiento del hígado y a la eliminación de líquidos.
El color que tienen algunas variedades, como las moradas (las que consumen principalmente los chilenos), se debe a un pigmento rojo llamado betanina, el cual posee flavonoides los que previenen la aparición de cáncer.