Los higos, alimento fundamental en la dieta mediterránea, ya desde la época griega se les consideraba un manjar y estaban presentes en todo tipo de fiestas dionisíacas cuando era la temporada. Personalmente también me encantan. Cuando están maduros son muy dulces y tienen un gusto entre miel y almibar, increíble. Y lo mejor es que ésta es justo la temporada en que se dan, otoño es la de higos y primavera es la de las brevas.
Mejor son sus propiedades. Los higos son una fruta bastante calórica pero se digieren rápido ya que tienen mucha fibra y una enzima llamada Cradina que facilita la digestión y recubre el estómago; por esto mismo sirve también para combatir la acidez y otros problemas estomacales.
Son una gran fuente de CALCIO, por lo que son altamente recomendados para las embarazadas, madres que amamantan, niños y ancianos.
También son ricos en potasio, hierro, magnesio y fósforo, entre otros minerales; además de aportar vitaminas como la vitamina A, C y B9, por nombrar algunas. Cuando se secan aumentan muchos de sus beneficios.
Es una fruta alcalina que aporta bastante energía y agua, ideal para el desayuno y cuando se está fatigado.
Estas son sólo algunas de sus propiedades.
Acá les dejo la receta de la ensalada, es muy simple, ideal para terminar el verano.
Para acaramelar los higos usé azúcar. Recomiendo usar azúcar de caña, no la blanca, la cual es muy refinada y pasa por muchos más procesos físicos-químicos (con los cuales se eliminan los pocos minerales que tiene) para obtener ese color albo. Cuando compren azúcar rubia, fijense que sea azúcar rubia (o morena) de caña, de lo contrario comprarán azúcar blanca camuflada con chancaca o melaza. Usar este tipo de azúcar hace que las preparaciones sean más sanas (ojo, más sanas, no más light).
(Para 1 persona)
Ingredientes:
- 2 higos grandes y maduros (o más si se quiere)
- 1 puñado de rúcula
- 1 huevo
- 1/2 palta
- 1 trozo de queso de cabra ahumado cortado en daditos (puede ser sin ahumar)
- un puñadito de azúcar rubia de caña
- aceite de oliva
- aceto balsámico
- sal de mar y pimienta.
1. Cortar los higos por la mitad. En un plato echar el azúcar y pasar la mitad interior de los higos por ella, presionando para adherir bien.
2. En
una sartén bien caliente disponer los higos con la parte con azúcar
hacia abajo y dorar a fuego fuerte (10-15 seg), hasta que el azúcar se
caramelize.
3. Poner los higos caramelizados en un plato, a un lado disponer la rúcula, la mitad de la palta cortada en láminas, espolvorear con los daditos de queso de cabra y aliñar con aceto balsámico, aceite de oliva, sal y pimienta.
4. Para el huevo pochado calentar agua en una olla, cuando esté a punto de hervir echarle un chorrito de vinagre, revolver con una cuchara formando un remolino, quebrar el huevo y echarlo al medio. Cocer por 3-4 minutos y sacar.
Colocar el huevo sobre la ensalada de rúcula y servir.
Siempre que puedan compren huevos de campo, esos con la yema bien amarilla, casi naranja, son más nutritivos y naturares que los típicos (aunque desgraciadamente el que usé para la receta no era de campo, pues no tenía en ese minuto).
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