Los crocantes (o también podríamos
llamarlos crumbles como le dicen los gringos), pueden ser postres que
saquen de apuro en caso de tener visitas inesperadas. Son facilísimos de
preparar, pueden hacerse prácticamente con cualquier fruta y por encima va una masa que se despedaza como si fueran migas.
En este caso para participar en el desafío del mes de Junio del BBRC, quise hacerlo de membrillo, haciendo antes un dulce de membrillo sano, reemplazando el azúcar por jarabe de ágave. Además para este crumble no usé harina, sino avena, nueces y semillas, lo que hace que sea un delicioso crocante de granola.